martes, noviembre 08, 2005

De regreso...


En estos días estuve pensando en Cesar Pavesse quien realizó un mapa negro de la ciudad en la que vivía. ¿Qué significa eso? Bueno, imaginense pegar en su cuarto un mapa e ir señalando, permanente y metódicamente, con un punto negro todos los lugares donde les ha ocurrido algo desagradable.... Aquí perdí un libro, aquí Pedro me dijo que no me amaba, en esa esquina me humillaron, en este parque me sentí miserable... Claro, quizás sería más productivo elaborar un mapa feliz de la ciudad pero eso es otra historia, a veces, solo queremos ver lo malo y pensar en negativo.. no está mal, supongo, si es solo por un rato, un invierno largo del cual se regresa para contemplar la vida , esta vez, con lentes color rosa.
Pavesse, antes de suicidarse escribió en su diario: No más palabras. Ahí está todo, ya no necesitaba el lenguaje para comunicar, ni pensar nada más. Después de días de rumiar su desazón y tristeza en la habitación de un hotel finalmente sintió que podía morir tranquilo. Hay suicidios así, métodicos, pensados, con la conciencia clara de que ya no hay nada más para decir, ni pensar. Quiero imaginarme que las últimas horas de Pavesse trascurriern en calma, que se fumó un cigarro mientras miraba por la ventana y que sintió que ese era un buen día para morir, sin miedo, sin ataduras.
Pienso en todo esto después de varios días de estar leyendo los poemas de Raul Gómez Jattín, poeta colombiano nacido en Cereté. Sus poemas sencillos y contundentes han sido una revelación por estos días. Los he compartido con mis alumnos adolescentes y a unos cuantos la vida tumultosa de este costeño los ha tocado. Les impresiona, como a mí, la firmeza al escoger un destino y entregarse a él. En algun momento Raúl Gómez decidió asumirse como poeta, alejado de cualquier pretensión de tener una vida normal o de adquirir bienes; sobrevivía dolorosamente entre la escritura de versos y los desenfrenos que le producían una particular condición sicológica agravada por el uso de estimulantes y drogas alucinógenas. Raúl divaga, sus poemas dolorosos emergen mientras el sale de una clínica siquiatrica para ingresar a un pabellón de salud mental. Duerme en la calle y después va e insulta a algún amigo que no ha querido abrirle la puerta tras hospedarlo durante quince días. Raúl murió atropellado por una buseta. Algunos dicen que fue un accidente, una tragedia ocurrida en medio de alguna alucinación; no era la primera vez que Raúl salía a la calle a torear automóviles. Otros dicen que quería morir, que buscó adrede terminar con su dolor y sufrimiento bajo las ruedas de ese bus.... supongo que nunca se sabrá la verdad, quizás ni importe. En lo dos casos se sentía solo y desesperanzado, vivió una vida plena a su manera pero fue más el sufrimiento que el gozo, al final, lo que subsiste es su poesía y quería hoy, tras invernar durante varios días reacomodando mis palabras, reaparecer en este espacio y dejar aquí algunas poesías de este poeta.....

Canción del Amor Sincero

Prometo no amarte eternamente,
ni serte fiel hasta la muerte,
ni caminar tomados de la mano,
ni colmarte de rosas,
ni besarte apasionadamente siempre.
Juro que habrá tristezas,
habrá problemas y discusiones
y miraré a otras mujeres
vos mirarás a otros hombres
juro que no eres mi todo
ni mi cielo, ni mi única razón de vivir,
aunque te extraño a veces.
Prometo no desearte siempre
a veces me cansaré de tu sexo
vos te cansarás del mío
y tu cabello en algunas ocasiones
se hará fastidioso en mi cara
Juro que habrá momentos
en que sentiremos un odio mutuo,
desearemos terminar todo y
quizás lo terminaremos,
mas te digo que nos amaremos
construiremos, compartiremos.
¿Ahora si podrás creerme que te amo?

Yo tengo para ti mi buen amigo...

Yo tengo para ti mi buen amigo
un corazón de mango del Sinú
oloroso
genuino
amable y tierno
(mi resto es una llaga
una tierra de nadie
una pedrada
un abrir y cerrar de ojos
en noche ajena
unas manos que asesinan fantasmas)
Y un consejo
no te encuentres conmigo

De lo que soy

En este cuerpo
en el cual la vida ya anochece
vivo yo
Vientre blando y cabeza calva
Pocos dientes
Y yo adentro
como un condenado
Estoy adentro y estoy enamorado
y estoy viejo
Descifro mi dolor con la poesía
y el resultado es especialmente doloroso
voces que anuncian: ahí vienen tus angustias
Voces quebrada: ya pasaron tus días
La poesía es la única compañera
acóstumbrate a sus cuchillos
que es la única