miércoles, abril 26, 2006

El sexo en la ciudad


Qué buen título para una entrada... ni se diga. Hace días quería escribir sobre un descubrimiento televisivo que tuve el año pasado: Sex and The City. A la serie yo me la había topado, algunas veces, traducida por algun canal nacional y no la había soportado, veía unos minutos y me aburrían esas conversaciones de mujeres en cafés y restaurantes. Después Carolina se compró todas las temporadas y se obsesionó.... Yo la llamaba a las 10 de la mañana "Hola, qué haces"... "No, aquí viendo sex and the city" y volvía a llamarla a las 7 de la noche y seguía en las mismas... Yo, la verdad, hasta me preocupé. Ahora, Carolina y yo hemos sido compañeras de vida y gustos, nos hemos compartido libros, hemos llorado y reído en las mismas películas y en general podemos saber qué le podría gustar a la otra. Así que decidí intentarlo y empecé con la primera temporada. La cosa fue como una droga, en el momento en que logré acercarme a esas cuatro mujeres, conocer sus personalidades entré de lleno a disfrutar esa serie. Duraba horas viendo capítulos . Sus protagonistas tienen personalidades definidas y claro, pueden ser hasta estereotipos: Miranda, la abogada neurótica, trabajadora e independiente. Prototipo de la mujer moderna que se ha hecho sola y es exitosa en su trabajo. No cree en el amor, es exceptica, ruda y fría. Con ella no van los romanticismos ni las cursilerías. En realidad le cuesta mucho recibir y dar afecto. Samantha, a ella alguna vez le rompieron el corazón y ha decidido dejarlo guardado, ha separado por completo el sexo del amor y está decidida a no negarse ninguna experiencia. Samantha es divertida y osada y sus relaciones son fugaces, intensas y sin compromiso. Carrie es la protagonista, la columna semanal que escribe "sex and the city" es la que le da el título a la serie. Carrie es un punto medio. Busca el amor, no es tan fría e independiente como Miranda, pero lejos está de ser tan liberada como Samantha, tampoco es como Charlotte. Es una mujer independiente, aficionada a los zapatos, en busca de conseguir a un hombre que la quiera, inteligente y sensible, coqueta y frívola a ratos, muchas se identifican con ella.. Por el camino se topa todo tipo de personajes pero ella siempre busca enamorarse. Termino con Charlotte porque fue el personaje con el que más pelee durante la serie. Charlotte es dulce, es la tierna y, por qué no decirlo, la cursi del grupo. Antes me habían dicho que me parecía a ella en cosas así que por eso la miraba con curiosidad. Definitivamente no soy tan "señorita" como ella pero había cosas de su ingenuanidad y su creencia absoluta en el amor que me seducían. Terminé por odiarla un poco porque se casó y abandonó su carrera y porque se negaba a aceptar que su vida había perdido el rumbo, la quise cuando se esforzó por restaurarse pero no le perdoné sus arrebatos de niña mimada y egoísta. Lo cierto es que el gran tema de la serie es el amor, el sexo está ahí pero porque va de la mano con esta búsqueda por alguien que nos escuche, nos abrace y decida quedarse después de una noche juntos. Cada una busca a su manera y la serie es amable con el espectador porque el final es feliz... Charlotte es, muchas veces, la que sostiene la confianza del grupo. Con sus modales finos, y sus lecturas de autoayuda, con su sección de la cosmopolitan se niega a testimoniar la caída del amor y alienta a sus amigas a creer que todavía es posible. No pierde la fe en el cuento de hadas y por hacerlo realidad es capaz de múltiples y variados sacrificios, así es ella... la odié mil veces quizás porque encarna, desde su dulzura, sus ridiculeces y pataletas muchas de nuestras grandes fragilidades femeninas, quizás porque desde allí, desde esa confianza que tiene también es fuerte y consigue, al final, superar sus prejuicios y conformar la familia que siempre deseo para sí.

Sobre las diferentes vidas

Lo recuerdo perfectamente: estaba en villavicencio y vi por televisión una entrevista a Paola Turbay que estaba por casarse o quizás recién casada. Le preguntaron cómo habían decidido casarse junto con su esposo y ello contó con su sonrisa y desparpajo casi calculados que un día rumbeando en Andrés Carne de Res estaba bailando con Alejandro y se dió cuenta de que todos sus amigos se estaban casando y que entonces le dijo "ay Alejo deberíamos casarnos ¿no? y listo... lo contó, claro, con absoluta sinceridad y con grandes carcajadas, para mí fue una revelación. Ese día entendí lo que antes intuía la vida puede, realmente ser muy diferentre para algunas personas. De ahí en adelante solo confirmo mi teoría... Mi visión de la vida no es mejor ni peor que la de nadie, no creo que se trate de hacer un ranking y repartir premios (aunque la idea suena divertida) pero definitivamente la vida de ciertas personas en la distancia se ve tan fácil, tan grácil.... A mí me aburren el poder y sus laberintos, no ambiciono grandes cargos y todos esos juegos sociales me arrancan inmensos bostezos. Los lobbys, las reuniones, la contabilidad... no consigo encontrarle el sentido a más de la mitad de las profesiones, ni entiendo la otra mitad de problemas que tiene la gente sobre todo los relacionados con tener ciertas pertenencias. Me dan lo mismo las marcas de los carros, de los relojes, de las carteras y nunca he entendido el estatus que se obtiene por tener una billetera de Tous de 600.000 pesos. Ni que decir de los tacones, los maquillajes, las horas de ejercicios y demás... Me cansan los horarios y la monotonía, me agobian los jefes y las oficinas... y necesito mucho tiempo en silencio, y mucho tiempo para mí. No me siento mejor persona con un jean de la mejor marca, una rumba asegurada para el viernes una acción en el club y un viaje a Miami. Busco satisfacciones en otros lugares, quizás más esquivos, más dificiles o sombríos. Claro, hay que aceptarlo he desarrollado con los años el gusto por cierto dramatismo y sobre todo la incapacidad de no analizarlo todo. Me gustan las historias las que leo y construyo a diario, y el contacto con la gente que siempre es nuevo, que siempre cambia y se renueva. Paso tiempo con gente parecida a mí y eso a veces me hace olvidar que existen otros cuyas vidas no entiendo y quienes de seguro no entienden la mía.... así son las cosas.

domingo, abril 09, 2006

La película que miramos...


Hace un rato terminé de verme Adiós a Lenin. Durante varios meses la tuve en mi estante de películas y se me pasaban los días sin verla... la vi, como siempre ocurre con estas cosas, en el momento justo. En la película Alexander hace lo posible porque su madre, recién recuperada de un coma que duró 8 meses, no se entere de lo que ha ocurrido mientras ella "dormía". No es una labor fácil teniendo en cuenta de que lo que este hijo amoroso desea es evitar que su madre se entere de la reunificación alemana, la caída del muro, el triunfo del capitalismo. Alexander intuye que su madre, ferviente militante del partido, no soportará esa nueva realidad. Para mantener esta farsa Alexander irá hasta el límite, sobornar niños que se hagan pasar por pioneros, rellenar frascos de conservas para que la mamá no note la desaparición de los productos tradicionales, crear un noticiero falso, etc... Hay muchas cosas hermosas en la película: el amor de este hijo por su madre y sobre todo, la reflexión sobre la realidad. ¿Qué es más real, esa alemania reunificada o la creada en el corazón de Alexander para mantener feliz a su madre? Finalmente, es real lo que creemos como tal y de una u otra forma nuestra realidad intenta amoldarse a la visión que tienen otros de la misma. La madre terminará por revelarles a sus hijos que no es cierto lo que han creído durante tantos años sobre el abandono de su padre y de repente, nosotros somos testigos de como la madre ya había hecho lo que Alexander hace ahora: darles a sus hijos una visión de las cosas, crear un escenario, engañarlos para no ser ella la cobarde de la historia... y de alguna manera, al decirles esa mentira, tuvo la fuerza para justificarse a sí misma no haber aceptado la propuesta del padre y dejarlo todo atrás. La madre sabe que Alexander miente pero lo oculta porque ve todo el amor que él ha depositado en la creación de su mentira y se deja engañar y disfruta el engaño. Ella no es la única que disfruta esta mentira, el antiguo austronauta ahora obligado a manejar taxi, el cineasta frustrado, cada uno de ellos colabora y por un instante cumplen un sueño, son útiles, hacen realidad una esperanza frustrada.
Esta no es una verdadera reseña de la película es más bien un intento por esbozar una idea que me surge a partir de esta historia (que tiene tantos ecos con La salud de los enfermos de Cortázar), creamos nuestra propia realidad, amoldamos las actitudes de los demás, sus gestos, sus miradas, sus actos a la película que esperamos estén protagonizando. A veces son películas muy malas con guiones escritos por Ionesco y todo es absurdo, sin sentido. Una serie de conversaciones de sordos. Otras veces son comedias divertidas, alegres y ligeras. Se pueden grabar muchas películas con una misma persona, eso es parte de la diversión, lo triste es que a veces las malas películas terminan por distorsionar las felices.... Lo cierto, como se ve en Adiós a Lenín, es que en algun momento alguien te quiere lo suficiente como para escribir una historia para tí, alguien decide escribir un guión y hacerte partícipe de él. En esos instantes ocurre la magia, el hechizo de encontrarse en la misma realidad. Eso me ocurre con mis amigas, allí no hay malentendidos, falsas entradas o escenas malas hace tiempo que compartimos la misma película y nos damos la mano en los momentos tristes porque todas podemos ver, al tiempo, cuando es uno de esos momentos. Eso me ocurre con mis amigas, de resto me contento con malos casting, desencuentros, actuaciones fozadas y expectativas no cumplidas. Bueno, es cuestión de esperar y dejar el butaco de al lado vacío... cuando menos se espere alguien te sorprenderá con que ha comprado, sin dudarlo, entradas para esa proyección y te ofrecerá compartir un paquete de palomitas.

lunes, abril 03, 2006

Homenaje a Rocío Durcal




Es cierto, falleció Rocío Durcal.... Ese día yo llegué a mi casa y mi empleada me dijo " sí vió señora... se murió Shakira". Cuando ella me dice esas cosas a mí escapa de darme un infarto porque con solo este pequeño ejemplo se puede apreciar su grado de despiste. "Shakira no, la que se murió fue Rocío Durcal...." "Ahhhh.... ¡uich! pero cómo cantaba de bonito ¿no?".
El sábado estuve en una fiesta en homenaje a ella. Mientras iba en el taxi dichosa y feliz porque habíamos logrado contratar a nueve mariachis mujeres para que nos cantaran el taxista se reía de nuestro motivo de festejo " ustedes si es que celebran cualquier cosa ¿no?". Lo cierto es que cuando sonaban las canciones de Rocío todos cantamos conmovidos y felices. Son canciones inmensamente melodrámaticas llenas de lugares comunes y clichés y ahí está su encanto. Porque igual, son clichés ingeniosos y letras cargadas de sentimiento. Hay humor, hay juego... qué tal el famoso dueto " No tienes nada, nada nada ? ; qué no, qué no..." O la clásica " Estando yo sentada en la arena de la playa viendo el mar, un hombre guapo, venía remando en una barca que venía acercandose hacia mí...." Ni que decir cuando este guapo aparecido de la nada le suelta la clásica "Hola, ¿por qué tan sola?". En las canciones cantadas con tanto sentimiento por Rocío se condensan eses elementos histriónicos y drámaticos que se han ido perdiendo en muchas de las letras modernas. Por si esto fuera poco mi generación creció escuchandola por radio y sus letras están incorporadas a nuestro disco duro de una manera natural. Festejamos y brindamos por Rocío, la recordamos con cariño y dejamos que la noche tomara su curso y nos deparara sorpresas. La vida, en suma es como una de sus canciones, divertida, dramática, llena de melodramas y clichés y en eso, como en las canciones, radica su encanto.
Cierro hoy con un clásico de las canciones de Rocío Durcal. La pongo por diversas razones, por un lado hay un gato , gata en este caso, protagonista. Y bueno, ya había puesto el gato de metal de García así que sigamos con esta temática.. y por otro lado, pues aquí se condesa mucho de lo que he anotado. ¿Qué tal la imagen del encuentro en el boulevard? Claro, como culpar al otro por toparse con nosotros así, de repente... La gata bajo la lluvia se queda sola, sí, pero altiva... disculpa las lágrimas dice y acepta su destino, acepta que esto fue un momento y que se debe vivir sin expectativas.
No está mal, creo yo... y canturree la tonada mientras caminaba por la ciclovía, con una sonrisa en los labios y buscando un taxi que me llevara a casa.

La Gata Bajo La Lluvia

Amor, tranquilo, no te voy a molestar.
Mi suerte estaba echada, ya lo sé, y sé que hay un torrente dando vueltas por tu mente.
Amor, lo nuestro sólo fue casualidad,la misma hora, el mismo boulevard.
No temas, no hay cuidado, no te culpo haber pasado.
Ya lo ves, la vida es así. Tú te vas, y yo me quedo aquí.
Lloverá, y ya no seré tuya. Sere la gata bajo la lluvia,y maullaré por ti.

Amor, no sé, no digas nada, de verdad.
Si ves alguna lágrima, perdón.
Ya sé que no has querido hacer llorar a un gato herido.
Amor, si alguna vez nos vemos por ahí,invitame a un café, y hazme el amor.
Y si ya no vuelvo a verte, ojalá que tenga suerte.
Ya lo ves, la vida es así. Tú te vas, y yo me quedo aquí.
Lloverá, y ya no seré tuya. Seré la gata bajo la lluvia
y maullaré por ti...