El viernes pasado falleció en la Ciudad de México (lugar donde viví dos años), Mariana Levy. Ella era actriz y presentadora de televisión, y me bastó ver una de sus fotos para saber que alguna vez la había visto. Su muerte fue una sucesión de coincidencias siniestras, el caso es que se dirigía en su carro hacia un parque de diversiones en compañía de su marido y de sus tres hijos, cuando vió (dicen los últimos testimonios) un hombre armado. Ahora bien, el hombre no le apuntaba sino que tenía la pistola al cinto y la miró, al parecer estaba esperando poder atracar a los tripulantes de otro carro. La imagen debió ser muy impactante para Mariana porque de imediato se comenzó a sentir mal, el marido, precupado la llevó al hospital más cercano y un poco después le notificarían que su mujer estaba muerta. A Mariana la mató un infarto producido por el físco susto. La anecdota ni siquiera podría ser usada en alguna de las telenovelas que protagonizó ariana en vida por lo inverosímil que parece. Por estos días, y a eso voy, en El universal de México se podía ver una foto de Mariana en compañía de Eduardo Palomo, otro actor, fallecido hace un año.
A Palomo, protagonista de Corazón Salvaje y Ramona, lo mató un infarto en un restaurante frente a su esposa, cayó, literalmente, contra su plato de sopa. El periódico publica la foto de Mariana y Palomo casandose en una telenovela, no comentan nada, claro, pero se sobreentiende que ahora son compañeros en la muerte, en una muerte que los sorprendió jóvenes y se los llevó sin previo aviso. ´
Me es imposible no pensar en esas coincidencias intradscendentes que se anudan hasta producir desenlaces en apariencia inesperados. ¿Si Mariana no hubiera organizado ese paseo al parque ahora estaría viva?, ¿o lo estaría si el señor del carro de adelante no se hubiera detenido a comerse o un helado, o si su bebé de 8 meses no hubiera necesitado cambio de pañal antes de salir de casa? Quién sabe... a muchos les gusta pensar que sí, otros prefieren la clásica : era su día.
No puedo evitar pensar en la película Los amantes del círculo polar en la que los personajes terminan unidos tras pequeños malentendidos, casualidades aparentemente desconectadas entre sí. Después, los mismos elementos los separarán y entonces no volverán a encontrarse porque aunque coincidan en el mismo lugar no consiguen verse; el destino o lo que sea se empeña en que no se volteen en el momento justo o que las cartas no lleguen a tiempo. Ellos, incrédulos y esperanzados leen las señales que se topan e intentan torcerle el brazo a lo que parece predeterminado... Finalmente, no se puede saber si la predeterminación es amarse para siempre o la imposibilidad de estar juntos.
En fin, todo esto para decir que contemplar esa foto de Palomo y Mariana Levy me hace imposible no pensar en que mientras sonríen a la cámara, con la cabeza tal vez en otro lugar, no podían imaginar si quiera en lo mucho que se parecerían sus muertes.
martes, mayo 03, 2005
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1 comentario:
Mariana Levy murió en el Grupo médico pediátrico bajo la mirada de Robi Hirsch, el doctor que vio alguna vez a Maya (y creo que a Juana). Y murió mientras yo estaba ahí con una Tamar de 2 meses de edad. Me morí del susto, del impacto tan fuerte que fue escuchar al marido gritando, a las enfermeras corriendo, a los doctores intentándolo todo... yo sólo cogí a Tamar fuerte entre mis brazos y llamé a Ioshua para que viniera por mí. Estuve mal muchos días, buscando una expliacación lógica a su muerte (para tranquilizarme de que no pudiera tocarme a mí así de sencillo e inesperado). fui testigo auditivo, pero también vi sus tenis primero moviéndose con el RCP que le hacían los médicos, luego inmóviles esperando que entrara su madre con un terrible grito de dolor...
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