Querido niño Dios:
Para mi sorpresa debo empezar aceptando que la última vez que te escribí practicamente todo se cumplió.
A este año lo despido con infinito agradecimiento porque aprendí mucho de mí misma, porque fue un año de pruebas y reconciliaciones, de paz en el corazón y de haber entregado amor a manos llenas.
El año pasado me puse en paz con mi pasado, con los dolores y citracices que han dejado tantos sufrimientos y pérdidas, este año viví en el presente muchos de sus días.
Te pido entonces niño Dios un broche para cerrar los ciclos que deben cerrarse. Entereza para dejar tras de mí lo que debe ser dejado y paciencia para recolectar con calma las primeras cosechas.
Te pido cordura, equilibrio... un largo hilo de colores para caminar sobre él desafiando los abismos.
Te pido amor para los que me amen y también para los que no me quieren tanto.
Una silla cómoda para sentarme cuando esté cansada y zapatos cómodos para salir a bailar muchas noches.
Te pido un albúm para almacenar los recuerdos del 2007, un albúm al que me pueda asomar sin nostalgias.
Te pido páginas en blanco para llenar con mis palabras, disciplina para hacerlo, compromiso conmigo misma.
Te pido que el destino encuentre los caminos para manifestarse, que la felicidad me sorprenda cuando menos la espere.
Te pido que mi casa se llene de risas y música, de gratas compañías; que sean posibles los encuentros tantas veces postergados y que las nuevas presencias ocupen el lugar que les corresponde.
Pido valentía y coraje, firmeza y decisión.... dulzura y comprensión.
Un libro siempre sobre la mesa de noche
y películas que me cuenten historias nuevas.
Sonrisas para mis hijas y pies calientes bajo las sábanas frías.
Gracias Niño Dios
Para mi sorpresa debo empezar aceptando que la última vez que te escribí practicamente todo se cumplió.
A este año lo despido con infinito agradecimiento porque aprendí mucho de mí misma, porque fue un año de pruebas y reconciliaciones, de paz en el corazón y de haber entregado amor a manos llenas.
El año pasado me puse en paz con mi pasado, con los dolores y citracices que han dejado tantos sufrimientos y pérdidas, este año viví en el presente muchos de sus días.
Te pido entonces niño Dios un broche para cerrar los ciclos que deben cerrarse. Entereza para dejar tras de mí lo que debe ser dejado y paciencia para recolectar con calma las primeras cosechas.
Te pido cordura, equilibrio... un largo hilo de colores para caminar sobre él desafiando los abismos.
Te pido amor para los que me amen y también para los que no me quieren tanto.
Una silla cómoda para sentarme cuando esté cansada y zapatos cómodos para salir a bailar muchas noches.
Te pido un albúm para almacenar los recuerdos del 2007, un albúm al que me pueda asomar sin nostalgias.
Te pido páginas en blanco para llenar con mis palabras, disciplina para hacerlo, compromiso conmigo misma.
Te pido que el destino encuentre los caminos para manifestarse, que la felicidad me sorprenda cuando menos la espere.
Te pido que mi casa se llene de risas y música, de gratas compañías; que sean posibles los encuentros tantas veces postergados y que las nuevas presencias ocupen el lugar que les corresponde.
Pido valentía y coraje, firmeza y decisión.... dulzura y comprensión.
Un libro siempre sobre la mesa de noche
y películas que me cuenten historias nuevas.
Sonrisas para mis hijas y pies calientes bajo las sábanas frías.
Gracias Niño Dios
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