viernes, mayo 19, 2006
Sobre tragedias y simulacros
Han sido días de silenciarme del blog pero de tener la cabeza atiborrada de ideas. Hay dos en particular sobre las que deseo escribir:
La primera, Match point, la última película de Woody Allen, quizás no consiga escribir nada desarrollado y largo sobre ella pero no quiero quedarme sin decir algunas cosas. La película, lo digo de una vez y sin rodeos, me encantó. El personaje principal, un tenista ambicioso encarna al héroe moderno, un ser anodino que solo desea ver satisfechos sus deseos y que busca excusas fáciles para justificarse a sí mismo. No podría decir que como espectadores sentimos empatía con este ser un tanto soso, adaptable y deseoso de tener una vida tranquila y cómoda. Sin embargo, cuando el fuego de la pasión lo golpea nos compadecemos de él. Su mundito perfecto se tambalea ante la inquietante presencia de la novia de su cuñado. Allen se toma el tiempo para filmar esa primera aparición de este personaje femenino y todos caemos rendidos ante la belleza misteriosa de esa mujer que parece tener luz propia. Es sexy, impredecible, apasionada e irá cayendo irremediablemente mientras avanzan los minutos. Al final ya no nos parece tan interesante, su pasión se trasforma en fragilidad, su belleza se evapora y va quedando la dura realidad: es una mujer insegura, torpe y poco talentosa. Suena crudo, así es. El drama de ella es doloroso porque finalmente su belleza la ha hecho receptaculo de sueños, es un recipiente vacío que los hombres llenan con sus fantasías, así la aman, solo de esa forma, pero no la desean junto a ellos, no la quieren para conversar por la noche después de un día dificil, ni para compartir una cotidianidad con altibajos, jamás pensarían en ella como madre de sus hijos. Ella sabe que al final la abandonan., que el juguete termina por empalagarlos y desencantarlos y pretende,evitar, esta vez, que eso ocurra. La película narra, sin pudores, la caída de esta mujer, de esta suerte de Marilyn Monroe condenada a la tragedia. El tenista soso despertará de su letargo e intentará tomar las riendas de su vida, así sea solo para hundirse en el infierno personal e íntimo de la culpa. Como telón de fondo nos acompaña él texto de Crimen y Castigo de Dostoievsky (la película es una suerte de reinterpretación del drama de Raskolnikov) y la ópera, acompañamiento musical ideal para la tragedia que está por cernirse sobre los protagonistas.
Lo segundo, por esto días estuvieron de gira por nuestro país The beats, la mejor banda beatle del mundo. Estos muchachos se dedican, cómo lo promociona la publicidad, a interpretar canciones de los beatles como si fueran ellos. "No pudiste verlos en vivo, es tu momento." Toda la idea me parece descabellada y casi que me produce ligeros escalofríos... Ahí esta uno, sentado en la oscuridad de un teatro y al frente estos hombres que se esfuerzan todos los días por ser otros. Me los imagino estudiando videos de los beatles, remedando poses y estilos. Algo que alguna vez fue especial y único, algo que se dió en un momento determinado y produjo el éxito sin precedentes que fueron los Beatles es ahora reconstruído con precisión, (son los replicantes de Blade Runner, pero, estos sí, sin sentimientos). No me imagino el esfuerzo permanente por hacerse a imagen y semejanza de otro y ser reconocido por eso. Estos copistas profesionales encarnan uno de los males de nuestro tiempo o, quizás ni siquiera sea un mal si no una simple realidad: la necesidad de vivir una vida ajena a la propia. Como si de una u otra manera nuestra vida nunca fuera suficiente. Queremos parecernos a alguien, vernos como tal, ser el de allá, nos comparamos, nos medimos, a nuestro alrededor nos señalan nuestras carencias: no tienes tal carro..., no tienes tal marca..., no tienes tal vieja...., no te quieren de tal manera... para todo hay parámetros, medidas. Te llenan la cabeza de expectativas y ambiciones que de pronto, un día, dificilmente reconoces como propias pero en fin... me alargo... yo solo quería detenerme en esta imagen: el hombre que se levanta en Bogotá, en la habitación sin gracia de un hotel igual a otros, un hombre que se levanta se mira en el espejo y sonríe porque esa noche será John Lennon, se reirá como él, se moverá como él, cantará como él... De seguro sonaran afinados y perfectos y no habrá salidas en falso, disputas por Yoko Ono, ni peleas con Ringo. Y ocurrirá el milagro de los simulacros: Lennon dará una venia en el teatro Colsubsidio y recorrerá la 26 contento al igual que todos los que pagaron boletas para presenciar ese espejismo.
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11 comentarios:
Yo en cambio la repudio, me parece un culebròn mexicno con ìnfulas intelectuales (clàsicas de Allen. Una clase alta absolutamente tipificada, estereotipada, que solo se ocupa de diàlgos "intelectuales". El perfil de los èrsonajes està bien contruìdo, es cierto, su psicologìa, el hombre que a toda costa busca cumplir sus metas, pero me parece simplemente un novelòn adornado de bonitas òperas, conversaciones insulsas, y mucho, pero mucho pseudointelectual que la aclama y habla de èsta como una representante del drama psicològico por excelencia. Nada que ver con Interiores, tambièn de Allen, esa sì es una buena pelìcula.
Yo vi a "the Beats" invitada por mi prima chiquita que los descubrio conmigo. Me prudejeron angustia. Pensé que hasta los Beatles quisieron dejar su imagen, el monstruo que habian creando, la droga popular en la que se habian convertido. Pensé que seguramente los "beats" querrán dejar de ser algun día los "beatles" que ellos mismos dejaron de ser. Ahora ver a Ringo, o a Paul no es lo mismo, están marcados y esta marca vuelve y se la juega a "the beats (la mejor banda beatle del mundo)"
Luis me dijo lo mismo que Tadeshina...
Yo estoy en desacuerdo, de culebrón no le veo nada y de mexicano menos. De ínfulas intelectuales tampoco, ni pseudointelectuales.
Creo que Allen es hábil haciendo ambientes de familias hipócritas. Allen es uno de mis directores favoritos. Mira cómo hace de bien a la familia de Crimes and Misdemeanors.
Creo que coincido con Diana. Lo de bonitas óperas me gustó. La música de esa peli se nota a leguas que es escogida por Woody.
Bueno, yo ya escribí también sobre la peli así que no me pondré a volverlo a hacer acá.
A veces cuando uno tiene una opinión tan diferente de la de otra persona (tadeshina) el intercambio de ideas puede resultar imposible. No me parece ni un culebrón mexicano, ni que tenga ínfulas intelectuales, ni que la clase alta esté estereotipada, ni que ésta se ocupe de diálogos intelectuales, ni que la película esté adornada con conversaciones insulsas. Yo estoy más de acuerdo con Diana, pues creo que se trata de una obra maestra por saber llevar una buena dosis de los que en la teoría de la comunicación se llama ruido: a un cierto punto la víctima resulta un tanto irritante; sin resultar simpático, el asesino tiene varias características que lo hacen atractivo: es guapo, versátil y exitoso; la familia de los dos niños ricos no es para nada estereotipada pues ni desprecian al arrivista (sí a la mediocre), ni llevan una vida de lujos desenfrenada (desde el punto de vista de alguien de clase media sí), ni están conjurando todo el tiempo para quedarse con el poder: si algo molesta en ellos es que se la pasen tan bien; los elementos "intelectuales" como la ópera o las citas de Sófocles y Dostoievski no son veleidades del autor, sino piezas clave de la cohesión de la obra y de la psicología de los personajes: según mi percepción de la película, para el protagonista el arte y la cultura sólo son herramientas que le allanarán el camino de la ascensión social (algo me dice que la cita que le atribuye a Sófocles no es de ese autor, pero no estoy seguro); en fin, la obra está lejos del novelón por la gran cantidad de ruido estético, por llamarlo de algún modo, que recorre el desarrollo de la trama: aunque los dos pobres del paseo se enamoran, el uno mata a la otra sin dejar de estar enamorado, el final feliz no puede ser más amargo para el espectador, las conversaciones sencillas de los personajes resaltan la complejidad de las relaciones, la justicia social no existe, y toda una serie de hechos atribuibles al azar juegan a favor del crimen, conduciendo a que este no pueda ser probado pese a la torpeza con que se ejecutó.
Considero no tener velas en este entierro, pese a que mi nombre se encuentra conjurado una vez. No fue Tadeshina la misma que dijo lo mismo que Luis, fue Luis quien dijo lo mismo que Tadeshina. Y si lo dijo, ese hombre que llaman Luis, es porque obviamente está de acuerdo con Tadeshina. Considero que rivalizar por una película, que en teoría comunicativa se llamaría Producto cultural, resulta enriquecedor siempre y cuando no se caiga en dogmatismos estúpidos e inmaduros respecto a un director X, que por casualidad es el director emblema de todos los mongólicos pseudointelectuales. Miren las entradas a Matchpoint. Pregunten, pregunten en qué sala la están proyectando: sí, allá, en la que entra el señor de boina, la prostituta barata de gabán de satín que desea ser representada en un diálogo con baratas menciones a la literatura rusa. Sí, por favor, ya se agotaron las entradas a las Memorias de la Geisha, ahora posemos, que el sistema semiótico válido sea no el de poder analizar una película con luces críticas sino que el mismo hecho de estar sentado "viendo" una película de Woody Allen me haga más intelectual: oh sí, quiero más inteligencia gratuita. Imposible el consenso: sí, Pedro Felipe. Es imposible el consenso con una clase intelectual que se abre fácilmente de piernas ante los reflejos deseados de su propio mundo. Qué película es menos o más Woody Allen? Me perdonan pero Woody Allen es New York. Es Jazz y no óperas arias. Woody Allen es el hombre que prefiere una hamburguesa a un refinado plato europeo o eso lo era en Small Time Crooks. Ese era el Woody Allen que me gustaba. El que en Annie Hall se burlaba de que la gente pensara que fuera "intelectual" por usar gafas. El Woody Allen mordaz que podía reducir una conversación sobre la relatividad moral de Nietzsche entre dos campesinos rusos del siglo XVIII en Love and Death. No me vengan con esas exaltaciones desvencijadas a última hora de Dostoievski, ni esa sublimación a la obra de Allen.
Sobre las palabras del prospecto de periodista: "la familia de los dos niños ricos no es para nada estereotipada pues ni desprecian al arrivista (sí a la mediocre), ni llevan una vida de lujos desenfrenada (desde el punto de vista de alguien de clase media sí)" Una persona arribista, intelectual y refinada seguramente despreciaría la mediocridad del lenguaje de Felipe. Claro, cuando hablamos de estereotipos nos referimos a la imagen mental que cada cual tiene de cierta persona, cierto grupo, o en este caso cierta clase. Obviamente, no corresponde a la imagen mental de alguien que está acostumbrado a una clase alta hermética, cerrada, que a la persona que ha trabajado toda la vida para alcanzar un estatus le dice, sin escrúpulos, "levantado". Pero no toda la clase alta tiene que ser tan agresiva como la élite de nuestro país. En los países anglosajones, protestantes, en el cual "la religión es el trabajo", una persona que surge por su propia cuenta obviamente no tiene por qué ser rechazada ni despreciada, al contrario, es muy valorada (sólo en una sociedad pontificia, retrograda, católica, que concibe el dinero como una gracia divina, es difícil de entender este punto). Sobre la moderación de lujos de la familia (pobre viejecita) que, sin embargo a una persona de clase media le parecería ostentosa, sólo el tono del comentario me asquea. AL hablar de estereotipos de clase alta obviamente no se hace referencia a cantidad de electrodomésticos, ni de estilo de vida a lo E entertainment: ese sería un estereotipo de la visión de la clase media a la clase alta. La tipificación a la que tal vez hace referencia Tadeshina se deba más a los supuestos gustos refinados y productos que la clase alta consume: ópera, tenis, alta literatura. Y como bien lo diría Pierre Bordeau, ninguna exclusión se ejerce con más violencia que la del gusto. En ese sentido, la suegra de la actriz encarna la clásica madrastra, la madre malandra del culebrón mexicano que va a impedir a toda costa que su hijo se meta con una "vulgar" actriz. Obviamente que Matchpoint no se trata de una novela latinoamericana, pobrecita, tan vilipendiada por los círculos pseudointelectuales, producto para sirvientas.... nada que ver con un verdadero producto de la alta cultura, Woody Allen, las citas a "escritores", las óperas, todo ese mundo que se anhela con tanta fiereza.
Comentario suelto:
Cómo extraño dos espíritus intelectuales, tan dispares y tan libres, como el de Carolina Alonso y el del señor Cero a la izquierda. Dios tenga a bien el breve lapso de tiempo que duraron sus blogs.
Herr Luis.
Por las barbas del Profeta: ¡qué malo soy! Antes de leer el anterior mensaje no me había dado cuenta de que soy una rata en la gran alcantarilla del capital... ¡Ni siquiera me había dado cuenta de que la clase media existe! A decir verdad, yo creo que Colombia está como está debido a personas como yo, y ahora que me han descubierto no sé qué hacer. He sido desenmascarado como un subcomandante Marcos del Mal. En efecto, el sutil razonamiento de Luis (sin tilde en la i) ha puesto de manifiesto que mi sermón sobre Matchpoint (las dos palabras pegadas) sólo puede ser el de una prostituta mongoloide, pseudointelectual (otra vez las dos palabras pegadas, como en portugués), y con gabán de satín. Ahora me siento paralizado, sin saber cómo responder a una pregunta tan bien formulada y pertinente como "Qué película es menos o más Woody Allen?" (sin signo de interrogación de apertura). Lo mejor que puedo hacer es no volver a escribir para que una persona arribista, intelectual y refinada no tenga que pasar por la desagradable pero necesaria tarea de despreciar mi estilo. Así pues, me voy a dedicar a enriquecer mi almita perversa mediante Productos (con mayúscula, como en buen alemán) culturales escuchando óperas arias (por desgracia las de la película son sólo fascistas), amén de redondear mis conocimientos sobre la obra del sociólogo Pierre Bourdieu leyendo a Pierre Bordeau, el celebérrimo alcalde de Gisay-la-Courve (Normandía) y antiguo empleado de banco. Por último, me permito recomendarle a Diana que deje de tener amigos como yo, que me deje sólo reflexionando sobre lo que he hecho, ¡que no se me acerque porque estoy perdido!
Luis sin tilde en la i.
En fin...
Felipe, ?por qué no permite comentarios anónimos en su blog? Si eso es lo más emocionante del mundo virtual, parte de su esencia...
Pues ya está hecho. No sabía que tenía bloqueada la opción para los anónimos.
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