domingo, junio 04, 2006

Reseña X-men 3




Lo primero que hay que aclarar antes de iniciar esta reseña es que sí disfruto las películas de superhéroes. Lo digo porque si perteneciera a aquellos que solo ven gente disfrazada con mallitas haciendo el ridículo no tendría sentido que escribiera estas palabras o gastara mi dinero en comprar una boleta para ver la tercera película de los X- men. Fui con todas las expectativas del mundo, sobre todo porque disfruté mucho la segunda parte pero, ha decir verdad, salí con un sabor un tanto amargo de la película.
Ir a cine puede ser como el amor, hay días que todo confluye y dentro de la sala oscura lo creemos y justificamos todo. Salimos felices y somos capaces de defender lo indefendible “sí señor, Hayden Christensen logra increíbles matices en su actuación como Anakin.” Quizás ese fue mi problema con los X-men, no logré compenetrarme con la historia aunque, a decir verdad, tampoco era fácil hacerlo. Recapitulemos: han encontrado la manera de modificar el gen mutante, con una simple inyección el mutante que lo desee podrá ser completamente normal. Ahora bien, esta cura es posible, paradojas de la vida, gracias a un mutante que precisamente tiene esa facultad y al que mantienen encerrado en Alcatraz, cárcel que se ha transformado en un laboratorio. Con esto, creo yo, ya sería bastante: tenemos un producto nuevo y un mutante encerrado. Ahora, empecemos a sumar: algunos mutantes encuentran en el ofrecimiento de una “cura” una clara continuación de la estigmatización que los ha perseguido. Ellos no se sienten enfermos, ni desean modificar aquello que los hace diferentes y, sobre todo, intuyen que dicha cura va a empezar a ser usada sin su consentimiento. Ante la inminencia del peligro esta fracción de los mutantes, encabezada por Magneto, empezará a formar un grupo dispuesto a enfrentarse a los humanos. En la otra esquina, los “buenos”, encabezados por el profesor, abogan por la tranquilidad y la tolerancia y se disponen a esperar. Pero, a todo este caldo se suma el hecho de que Jin, sacrificada en la segunda película, ha reaparecido con poderes inimaginables y fuera de control que amenazan con destruirlos a todos. Por si todo este revuelto fuera poco, hay que sumar una interminable lista de historias paralelas que acompañan a este gran núcleo. ¿Distracciones? Muchas creo yo.
Los superhéroes suelen ser seres diferentes a los demás, seres marcados que luchan por el bien de la humanidad a la vez que se ven impedidos de integrarse por completo con los humanos. Lo fantástico de los X-men es que finalmente nos muestra a un grupo de humanos que terminan siendo rechazados por la sociedad y la manera cómo se puede reaccionar a ese rechazo: con rabia y dolor, con aceptación, etc. Las películas de los X men abordan gamas amplias de estos diversos cuestionamientos. Sin embargo, en este caso uno no termina por entender muchas de las motivaciones. Aquellos mutantes preocupados por su integridad no están para nada equivocados, Magneto tiene razón, los humanos pretenden erradicarlos por la fuerza porque cómo “puede soportar una democracia que alguien tenga poderes especiales”. Lo que ocurre, finalmente, es una terrible traición de los humanos, pero esta pasa a un segundo plano. Mirándola bien la motivación de Magneto es justa pero como él es el “malo”, la película se detiene en mostrarnos su falta de solidaridad para con los suyos (su desagradecimiento frente a mystic, la utilización de mutantes como carne de cañon), y la ineficacia de sus métodos (la violencia no lleva a ninguna parte). Los buenos no parecen saber bien qué quieren y al parecer en un momento lo que piensan hacer es detener a los mutantes rebeldes. Así que los “pacifistas” terminan asesinando mutantes sin tregua (¿y la “no violencia”?). Tras esa demostración de lealtad los humanos podrán detener la cura obligatoria y dejarla opcional. Yo no sé… pero todo esto me suena a Spike lee cuando en sus películas sobre negros muestra cómo a una comunidad marginada terminan por hacerla enfrentarse entre sí y ellos mismos se autodestruyen y autorregulan. Finalmente, los mutantes se matan entre sí y a los humanos se les perdona su mala intención. A esto hay que sumarle, una trágica historia de amor, el dilema de tener tanto poder como para ser manejado por él, la indecisión frente a seguir siendo mutante o reintegrarse en la sociedad, el hijo que no es aceptado por el padre y después es salvado por él, la traición del que se ama, la pérdida del líder, la búsqueda por la identidad, etc, etc,,, son tantos los temas y las pequeñas historias que algunas apenas son esbozos y no terminan por ser desarrollados. Personajes tan mágicos como Angel son apenas un brochazo en la película, una pálida excusa. Wolverine, fiero e indomable, aunque intenta parecer aún instintivo y animal se ha domesticado con los años, es cierto y es triste, y ha perdido la mitad de su atractivo. Se le nota cansado. Storm no consigue conmover ni trasmitir y ni se diga del chico hielo y su antagonista de fuego. Por si esto fuera poco la escena final parece un remake de Carrie de Stephen King en su variante mutante y futurista.
En fin, cómo se ve no logré involucrarme con la pirotecnia de los efectos especiales, ni conmoverme con el drama de los buenos porque había demasiados distractores y poca posibilidad de lograr empatía con los personajes. El drama, tan humano, de los X-men termina adornado con tanta parafernalia que no se puede respirar y termina uno por notar que en la escena en el puente de San francisco ocurre durante el día hasta que de repente, si más ni más ya es de noche, ¿se necesitaba para que lucieran los destellos de luz?De seguro el espectador puede contar con divertirse un rato pero… yo diría que es una lástima lo que ocurrió, en esta ocasión, con los mutantes

4 comentarios:

E. C. Pedro dijo...

Una idea que me ha ayudado a ver cine consiste en distinguir los juicios subjetivos de los objetivos. Me explico: hay películas que a uno le gustan porque uno es uno y atraviesa por cierto momento. Puede que sean buenas y puede que sean malas. Es muy difícil aceptar que a uno le gusten las segundas, pero puede pasar. A mí por ejemplo me gustó la versión de 1998 de "Great Expectations", con Robert de Niro y Gwyneth Paltrow, pero sé que se trata de un huesaso que no recomendaría ni por venganza. Ahora bien, lo contrario también puede suceder, esto es que a uno no le gusten películas que tienen todas las credenciales para pasar por buenas (esto de hablar de "buenas" y "malas" me está haciendo sentir como dobeliú, pero qué le vamos ha hacer). Ejemplo de lo que decía antes del paréntesis: "Dogville". Yo creo que es una obra bien actuada, bien dirigida, osada, lograda, etc.. Pero como diría el protagonista de "Fresa y chocolate": no me transmite. Los ladridos del perro dibujado en el suelo nunca me hicieron ver un perro y, sin embargo, yo sé bien que ahí había un perro. Y no se trata de endiosar a von Trier, que no es infalible ni mucho menos, sino simplemente de presentar como ejemplo una peli lograda que personalmente no me dijo nada. Por último, sólo nos falta enunciar los casos obvios, es decir las películas objetivamente buenas que a uno le gustan, y las objetivamente malas que no nos dicen nada. El primer grupo no necesita presentación. El segundo tampoco, aunque era acá a donde yo quería llegar. Diana: me parece que "X-men 3" no te gustó porque a diferencia de las anteriores, es mala. No eres la primera en salir desilusionada. Sucede lo mismo con Matrix.

Anónimo dijo...

Hola, Diana, deseo compartirte la voz de un poeta del Sur.



ASTROS SOLITARIOS (Julio César Góyes Narváez)

Esperaste el sol y la luna aguzado en las estaciones maravillosas del mundo, y sale el sol y sale la luna derramando imágenes orientales sobre parques y horizontes, sobre calles y desayunos tisana. Las ventanas de un hotel medieval se incendiaron de melancolía. Fumaste poseído por silencios, escribiste por callejuelas, por bares repletos de piratas y mujerzuelas invisibles; esquina a esquina fuiste tragando el humo de sus ruinas. De súbito, aterido sobre el piso de una calle de Barcelona, cruzaron soles como lunas indefensas. Escucha mía, la oscuridad embaidora en los metros subterráneos guardaba otros astros solitarios en su pabilo.




Solo quería saludarte desde esta tarde mutante,


Andrés

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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