Varanasi... las palabras se quedan cortas para hablar de la magnificiencia de esta ciudad tan particular. Dificil explicar como en medio del caos de sus calles, de esa sensacion de que tu rickshaw al fin se volcara, o se estrellara, o matara a alguien, o de los pitidos sin fin, solo se sienta calma. En Varanasi recorri unas calles que me parecieron iguales a las de old Delhi, pequenas, laberinticas. Sin embargo, uno de esos callejones deparaba la sorpresa: tras la oscuridad se abria, magnifico e imponente, el Ganges. No hubiera necesitado saber que se trataba de un rio sagrado, con verlo se intuye de inmediato. Esplendido y tranquilo recorre Varanasi y uno queda obnubilado de verlo. La ciudad se arrodilla ante el, convive con el, es la sangre que hace latir este corazon mistico que es Varanasi. Desde las multiples escalinatas bajan personas a banarse en sus aguas, a tomar de ellas, a llevar ofrendas en un movimiento constante y diario. Y tu, tu miras... como aqui la muerte y la vida se funden en un solo abrazo porque mientras te sonries con el banista que esta blanco de jabon, limpiando sus culpas, su cuerpo, con toda la inocencia de un nino, tambien ves, en un instante que queda grabado en tu memoria, el torso calcinado de un hombre al que le estan dando la vuelta en una de las piras, mas alla asoman los pies de otro al que ya se le ha quemado el cuerpo y mas cerca un hombre lava las vacas que se han metido a lavarse. Todo esta ahi, cerca, fluido, simbiotico y todo tan extranamente tranquilo y puro. En la tarde se le canta a Shiva y se hace un larga ceremonia frente al Ganges con fuegos, con fruta y caracolas marinas y en medio de los cantos de colores es dificil no sentirse frente a un acontecimiento antiguo y sagrado. Ellos tambien tienen una comunion pero es de platano y zanahoria.
El hombre santo te la otorga con una gran sonrisa y el mundo parece detenerse por un instante entre el incienso, las flores y los parasoles brillantes.
En Varanasi cohabitan religiones y cultos, aqui cerca esta el lugar donde Buda dio su primer discurso y sus calles las recorren monjes tibetanos. Asi que la parsimonia de unos, se une al bullicio de los otros y todo cohabita aqui donde tome una foto de jesus, shiva, sai baba (el antiguo) y buda juntos en una pared....
Al final, solo queda la busqueda del hombre por un sentido, por una fuerza superior que otorgue fuerza para soportar la vida. En Varanasi parece posible creer...
El ganges recorre Varanasi llevandose los pecados, las culpas, trayendo purificacion; sobre sus aguas pequenos barquitos de hojas cargan velas encendidas con los deseos que le enviamos esperando que lleguen a buen puerto, en la oscuridad, los ves recorrer cautelosos las aguas, entre ellos iba el mio...
domingo, diciembre 24, 2006
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