lunes, agosto 14, 2006

Óscar



32 recuerdos antes de mi cumpleaños...

21.

En el carro, de regreso de Sopó, Oscar me cuenta sus historias, casi ni nos conocemos y las palabras empiezan rápidamente a fluir entre nosotros.
Días de escucharnos y de construir una hermandad de llamadas y relatos...
Es dificil no querer comunicarse de otras maneras cuando uno se escucha tan bien, es dificil no creer que es posible "darse los mismos besos bajo los mismos árboles" y así lo intentamos varias veces. Es dificil no quererse cuando sentimos que el otro parece haber estado ahí desde siempre y que su historia y la nuestra se entrecruzan desde hace muchos años de diversas y variadas maneras. Es dificil entender que a veces ciertas cosas te quedan grandes porque hay asuntos por resolver en el tintero y porque los relojes, a pesar de girar hacia el mismo lado, no siempre consiguen marcar la misma hora. Y t
ambién es dificil, hay que decirlo, creerse por completo esta historia cuando te despiertas en la mañana con tanta tristeza y te sientes herida de una manera tan injustificada.

No hay mucho más que se pueda decir por ahora, dejemos hablar al recuerdo....

Óscar va sentado en la silla del copiloto. Estamos en Melgar. LLevo días sintiendolo próximo y cálido. No es una sensación nueva pero sí lo es el estar tan relajados... son unos días que se abren como paréntesis y en que parecemos no estar tan asustados o contenidos. Salimos de noche acompañados por su prima, ella maneja. Nos tomamos una avena, nos comemos un helado. De regreso, en el carro, yo le toco el hombro y él me aprieta la mano con su cabeza, amorosamente. Hace calor, es una noche tranquila y silenciosa. Yo siento su rostro contra mi mano y mi corazón cercano al suyo… Todo es claro, no hay temor, no hay reservas y siento con claridad, en ese momento que parece disolverse en la nada, que estaremos así de cerca por mucho tiempo más....




10 recuerdos


32 recuerdos antes de mi cumpleaños....

11. Me acuesto en el piso de mi cuarto de la calle 100 veo el cielo azul y las nubes cambiando de forma rápidamente.

12. Desde la ventana de mi cuarto veo los urapanes grandes de la cien. El que queda enfrente de mi casa lo sembré yo.

13. Los eucaliptos en faca suenan como puertas que se abren.

14. Desde la ventana del carro me despido de Patricia, tengo lágrimas en los ojos y el corazón acongojado por partir.

15. Me acuesto sola al lado del estanque. Me encanta estar así. A lo lejos escucho las voces que me llaman. Guardo silencio. "Diana siempre se va sola por ahí"... dicen.... Yo me quedo un buen rato mirando el cielo. No me siento sola.

16. Organizo mis muñecos con precisión en el cuarto. Guardo mi mecano. Todo tiene un orden y un lugar. Hablo con ellos intensamente y ellos me contestan.

17. Con mi cochecito lleno de ropa y una maleta medio rebosada le digo a mi mamá que si nosotros también debemos irnos ahora que papá no está.

18. Me quedo despierta hasta escuchar el pito del carro de mi mamá en el garage.

19. Furia llegó arrastrandose hasta donde se encuentran sus cachorritos recién nacidos. Está mortalmente herida y ha dejado un rastro rojo de sangre en el pasto. Nos llevan lejos de la casa, lo intuyo todo. A lo lejos escucho el disparo.

20. En el cuarto de mi tío se esconden los mejores tesoros, pilas de cómics que no he leído, el libro de los 10 años de Mafalda, un hombre nuclear y un carro fantástico. Debo esperar siempre el permiso para entrar a ver o tocar sus cosas. Para evitar que entre sin su consentimiento durante su ausencia mi tío me dice que tiene puesta una alarma y que aunque no esté en la casa puede saber, de manera inmediata, si he invadido sus dominios. Yo, claro, le creo.

Mi abuela Emilia

32 recuerdos antes de mi cumpleaños....

10.

Mi abuela podía recitar el poema que quería cuando lo deseaba porque en su cabeza había espacio suficiente para albergarlos a todos. Mi abuela me recita con voz decidida en los mejores momentos y lo hace con amor y entrega. Después me toma de la mano y me lleva a recorrer el mundo mientras me cuenta la historia del lugar y la suya propia. Mi abuela me regaló el futuro y el pasado. Tuve el placer de conocerla de verdad, de quererla con sus defectos y virtudes y de sentir que era correspondida por un amor completo e incondicional.

María Paula

32 recuerdos antes de mi cumpleaños....

9.

Me quedo a dormir en la casa de María Paula. Su marido está de viaje y yo me quedo en su casa. Yo todavía vivo con mi papá y visitarla es maravillarme con el mundo que ella ha sabido crear para ella y su esposo. Paso mucho tiempo con ella riéndome con sus ocurrencias, sintiendome acogida por su calidez. Esa noche le cuento mis historias, una tras otra cobijadas con el plumón blanco y solo me detengo cuando escucho su llanto y siento sus lágrimas humedecer la almohada. Silencio. Yo le prometo quererla siempre porque aquel que es capaz de conmoverse con nuestra vida merece todo nuestro amor.

Carolina

32 recuerdos antes de mi cumpleaños

8.

LLego a la primera reunión del grupo de teatro de la universidad. Me siento a escuchar. Casi con el rabillo del ojo alcanzo a percibir mi reflejo en el espejo. Sin embargo, cuando lo pienso un poco siento que algo no me cuadra en esa imagen de mí misma que veo proyectada. Me giro a mirar y descubro, con sorpresa, que no hay ningún espejo, es otra mujer la que está ahí sentada mirando con unos ojos inmensos al frente.

sábado, agosto 12, 2006

Una cita

"Estoy buscando la manera en que una vida adulta específica responde a la infancia, una respuesta a las preguntas que esa infancia en particular hacía. Desde ese punto de vista un adulto es alguien que ha tenido una infancia abrumadora, y renovarse significa rememorar, llenar los huecos, con objeto de olvidarse de una vez"

Hanif Kureishi, Mi oído en su corazón

viernes, agosto 11, 2006

Mi familia adoptiva

32 recuerdos antes de mi cumpleaños

7.

En México, los martes, siempre tuve donde almorzar. Mi telefono nunca dejó de sonar, tuve a quien contarle historias y con quien reinventarme, dejé de ser extranjera porque me acogieron en su corazón...

Antonio

32 recuerdos antes de mi cumpleaños..

6.

Fuimos a cine y vimos Sombras y niebla de Woody Allen, yo ya la había visto pero mentí, cómo iba a arruinar la primera cita si esa era la película que él quería ver y la otra opción de la cartelera era La bella y la bestia.
Antonio, ese día, me regaló una carrilera melancólica, una rosa hermosa y me dejó en mi casa perpleja y radiante con los labios húmedos de un beso de despedida.
Años después mientras caminamos por Viena con el corazón apretujado porque intuíamos que se avecinaban grandes cambios y nadie nos aseguraba que podríamos hacerlos cogidos de la mano decidimos sacarnos unas fotos y reírnos un poco de nosotros mismos....
Fue cierto que las cosas cambiaron pero lo maravilloso es que sí logramos recorrer el camino juntos reinventando nuevas maneras de acompañarnos como lo hemos hecho durante casi 15 años...

jueves, agosto 10, 2006

Macarena mon amour


32 recuerdos antes de mi cumpleaños....

5.

La macarena, 10 años después.....

La Macarena

32 recuerdos antes de mi cumpleaños...

4.

Llego al apartamento con Camila, en la puerta nos espera Magdalena (yo no la conozco). Abren la puerta y lo vemos: el piso de madera, la luz entrando por la ventana... No lo dudamos, decidimos quedarnos. Fueron dos años y medio de vida compartida, de algunas que se fueron y otras que llegaron. Dos años y medio de animales que enloquecieron, espíritus burlones, llantos, risas y camaradería. Tuve el cuarto que quise y muchas tardes desde mi hamaca, bañada en la luz naranja del atardecer, vi el sol ocultarse.

miércoles, agosto 09, 2006

MI PAPÁ


32 recuerdos antes de mi cumpleaños....

3.

Mi papá se arrodilla a jugar conmigo. Yo estoy recién operada de apendicitis. Armamos un hospital con mi mecano. Mi papá crea un univero para mí de camillas y doctores en donde mi Abelardo se dispone a operar a alguien, en ese hospital de locos se pierden los enfermos, se caen los escalpelos y colocan electroschocks. Yo me río sin parar y siento que la herida se va a descoser. Ya no quiero reir más pero el delirio en la clínica es cada vez mayor y mi papá desborda creatividad e inventiva. Mi mamá me trae un té con leche y yo decido que así me toque contemplar como el té se sale por mi herida reciente me quedaré ahí, jugando con mi papá que siempre se arrodilló para mí.

viernes, agosto 04, 2006

Leonardo


Leonardo timbra en mi casa como a las seis. El sol se está poniendo tras las montañas y la luz naranja lo cubre todo.Leonardo tiene los ojos azules y desorbitados, carga un maletín lleno de papeles e ingresa en mi casa como si ya la conociera , como si fuera mi mejor amigo y se sienta en el sofá. Yo ni me siento porque no he contemplado la posibilidad de hacer visita con él pero a él no le importa porque no ha dejado de hablar un segundo desde que entró. Habla de la vista, de la luz del sol y de repente ve la pista del aereopuerto y entonces se detiene en eso yme explica que quiere pilotear un avión. Y al parecer sabe del asunto porque puede predecir hacia que lado girará el avión que acaba de despegar (de pronto siempre giran para el mismo lado y la que no sabe soy yo) y yo le escucho las frases que brotan de su boca una tras otra, una tras otra...Y ya no está hablando de aviones y rutas sino del campín y del concierto de conciertos mientras yo recuerdo lo que era mi vida entonces. La luz naranja sigue poniendose y termino por decirle que desde mi casa alcancé a escuchar el concierto de Juanes con claridad, cosa que me sorprendió porque vivo muy lejos del campín y entonces él me habla de Guns and Roses, de las babas de Axel cayéndole en la cara y de su amigo que consiguió VIP. Yo sigo sin sentarme y Leonardo continúa discrepando. "Yo solo le digo que está loco" me dijo Catica cuando me pasó su tel, "pero la puede ayudar en lo que necesita". Las dos cosas son ciertas y Leonardo me entrega el papel que me hacía falta. Catica dice que Leonardo cuenta que una vez le sacó el ojo a un taxista y que otra vez descuartizó a alguien, a mí me habla de conciertos, de aviones y de taxis y ruego porque no emerja su lado psico porque cada vez está más cómodo en mi sofá y yo no quisiera sentirme asustada por ese grandulón de ojos azules. Sigo sin sentarme pero ya le he dado jugo e intento parecer interesada mientras mantengo la distancia, introduzco el tema del dinero como para aterrizar la cosa y no terminar comiendo con él. Finalmente le pago, me río y él se va.
El sol de la tarde termina de ocultarse.

miércoles, agosto 02, 2006