jueves, marzo 30, 2006

De Felipe sobre Capote













A continuación, la reflexión de Felipe sobre mi reseña. Siempre acertivo el presidente del MoGo merece una entrada especial....

Diana,

Leí tu reseña sobre Capote. Traté de enviar un comentario pero no pude. Le voici:


"El único punto en el que disiento radica en un matiz de la relación entre Capote y Perry, pues no creo que el escritor lo considere como un asesino despiadado: él nota la almohada bajo la cabeza de la niña, la cobija sobre el cuerpo del muchacho, etc.. Eso me parece importante porque, por lo menos en la película, el título del libro parece una traición a la relación que se desarrolla entre ellos: Perry le ha hecho saber que no los mató "a sangre fría". Capote lo sabe. Pero por razones estéticas y de eficacia narrativa que no comparto, pinta a sus asesinos como brutos -ahí sí- despiadados. En ese sentido el ejemplo del inuit y el coyote es muy pertinente: el coyote muerde, mata, huye; pero no lo hace por maldad. El relato de Perry hace pensar en esas señoras bien que de un momento a otro sueltan un chorro de groserías y de blasfemias en plena misa. Por esa razón pensé en la idea de Bolaño según la cual nuestro asesino puede ser un ser sinceramente encantador... hasta que nos asesina. Para Capote Perry es más bien un pobre diablo que, como un espejo terrible, le hace verse a sí mismo como un diablo afortunado".

Un abrazo,
Felipe

4 comentarios:

Javier Moreno dijo...

"Perry le ha hecho saber que no los mató "a sangre fría". Capote lo sabe."

Disiento con Felipe. Capote no lo sabe. Capote juega el juego de que lo sabe (y a veces parece conmovido), pero su interés por la totalidad de la historia y su persistencia en que el libro sea tan aproximado a lo ocurrido como sea posible no lo deja creer en la inocencia de Perry en ningún instante.

Capote se veía en un espejo en todo el mundo porque él se sentía terriblemente talentoso y afortunado. Capote era solipsista a morir y su observación sobre Perry podría haberla hecho sobre cualquiera. El problema, claro, era que estaba un poco enamorado del preso, eso era lo que hacía las cosas realmente difíciles. En su opinión, era el mundo entero el que había salido por la puerta de atrás y él el afortunado talentoso que había coronado la de adelante. Perry era sólo uno más.

E. C. Pedro dijo...

En mi comentario olvidé precisar que estaba hablando de Capote en cuanto personaje de la peli, y no del escritor. En ese sentido me indispuso que, sabiendo con claridad por cuales dificultades está pasando su amigo, él no hubiese sido capaz de reflejar el ansia de redención de aquel, por decirlo de algún modo. Es cierto que el Capote de la peli está entre dos fuegos, uno de los cuales es su necesidad de terminar esa bendita novela que evidentemente es una obra maestra (incluso antes de haber sido terminada). También es innegable que el personaje en cuestión no cuenta con todos los elementos de juicio, los que algunos decenios después nos permiten juzgarlo con tanta alegría (hablo de mi comentario). Y bueno: Capote va a la ejecución de Perry, lo cual es claramente una prueba durísima para él. Y..., y ya no sé ni para dónde voy; tenía claro lo que iba a decir comenzando este comentario, las mentes de los personajes me parecían transparentes, y ahora me siento en un búnker. El búnker de la duda. Capote me simpatizó. Pero me ha costado trabajo entender por qué, en el caso concreto de su amistad con Perry, no logró mostrar su amistad saliendo de la objetividad periodística para dar la versión de su amigo. Eso, claro, no habría hecho de A sangre fría el clásico que es. Pues bueno: ahí vamos digiriendo el asunto.

Cordial saludo.

Anónimo dijo...

Nice colors. Keep up the good work. thnx!
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Anónimo dijo...

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