jueves, septiembre 28, 2006

Una canción

De esas que te topas y la letra queda resonando, resonando....


A la orilla de la chimenea
Joaquín Sabina

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu Dios, tu asesino,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor
que me falta algo para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir toma mi dirección
cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas
y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Justo esta semana tuve en la cabeza esta canción. Nos veremos en el concierto, supongo. Luis Bernardo