viernes, noviembre 10, 2006

Gregorio, una historia de desamor

Gregorio es un belga. Viviendo en Madrid y trabajando de mesero conoció a una argentina. Se enamoraron. Ella debía regresar a su país pero juntos decidieron idear un plan para preservar el amor. Para Gregorio no fue dificil decidir dejarlo todo e irse a vivir a la Argentina con ella, siempre ha sido un hombre de movimientos, cambios y fácil adaptación. Por esa misma razón su español es fluído. Ella se fue primero. Gregorio se quedó trabajando y ordenando sus cosas. Pocos días antes de partir recibió una llamada sorpresiva: "mejor no vengas, yo creo que es mejor dejar las cosas así". Era de no creerlo. Gregorio, decidido, viajó de todos modos. "Es cuestón de que nos veamos" pensaba, "la distancia enfrió un poco las cosas pero... al vernos quizás todo vuelva a ser como antes". Llegó a Buenos Aires los días en que el calor subió de manera vertiginosa, despistado, indeciso, tenía otros números de teléfono a los cuales recurrir pero nadie parecía estar. Finalmente, llegó a la casa de ella. No hubo caso. Al día siguiente el dictamen fue preciso "se me acabó el amor" , rematado con una frase tremenda " pero s quieres quedate aquí, no hay problema". Sería mejor que te echaran como un perro, que te tiraran la puerta en las narices porque entonces sabrías que aún le provocas algo fuerte pero esa calma sosa, esa amistad caritativa... "que paz, qué horror".
Cuando vi a Gregorio casi no podía modular palabras de la tristeza, sonambulo deambulaba por Buenos Aires con su porvenir abierto, podía viajar, instalarse en otro país, recorrer suramérica, cualquier cosa... pero él solo quería parar, dormir un poco, lamerse las heridas y contemplar desolado el porvenir derrumbado. Dos días después lo atracaron en la calle, Gregorio se negó a dejarse robar, digo, ya eran suficientes pérdidas ¿o no? Los atracadores lo hirieron con un cuchillo y su día terminó en el hospital. No se preocupen, no fue grave... ese mismo día fue dado de alta aunque la parte del cuerpo que tenía más lastimada pasó desapercibida para los doctores.

1 comentario:

juanitacardenasosorio dijo...

Se me acabo el amor... lo oyes decir, así no más. Tú corazón sigue latiendo a mil y el amor continua arremolinado en todo tú ser.