jueves, marzo 01, 2007
Pequeña Miss sunshine
Pequeña miss sunshine es lo que podría considerarse un road movie, y como tal cumple sus características esenciales: tras un largo viaje en carretera la vida de los personajes ya nunca será la misma. Basta recordar ciertos ejemplos de este, ya considerado, género cinematográfico: Easy rider, Thelma y Louise, Y tu mamá también, entre muchos otros.
La familia Hoover acaba de recibir la noticia de que su miembro más joven, la pequeña Olive, ha sido seleccionada para participar en concurso de bellezaque tendrá lugar en la lejana California. No es un buen momento, el hijo mayor lleva meses sin hablar, el tío gay vive con ellos tras su intento de suicidio y el trabajo del padre se encuentra en la cuerda floja. Sin embargo, Olive está ilusionada y su abuelo, rockero y cocainómano, quien la ha entrenado está decidido a que se cumpla el sueño de su nieta. Por si el cuadro o fuera ya lo bastante extraño la pequeña Olive no es, para nada, la típica niña que suele participar en este tipo de concursos: regordeta, poco femenina y con unas gafas enormes es difícil imaginarse que pueda ganar. La familia decide dejar a un lado sus problemas y parte en pos del ansiado (y poco probable sueño). Los contratiempos no tardarán en aparecer, los hay materiales , el carro que no funciona bien, y los personales porque es bien sabido que en este tipo de situaciones lo primero que aflora son las consabidas tensiones familiares. A medida que avanzan en su recorrido cada personaje deberá enfrentarse a un temor interno, a la causa de su sufrimiento u obstinación de los últimos meses. Sucesos inesperados salpican está tragicomedia que terminan por Los unir a la familia; para su sorpresa, terminan por descubrir, que ha pesar de sus múltiples diferencias hablan un lenguaje común.
Yo no diría que es una película innovadora y que el espectador deba prepararse para grandes cosas. Se trata, en realidad, de una historia sencilla que ya ha sido contada muchas veces. El punto a favor son algunas actuaciones creíbles y sostenidas y sin duda, el giro del final, que pretende romper el estereotipo típico del final predecible de película gringa, no hay grandes discursos pero si una reivindicación divertida, un verdadero festejo familiar que arranca más que sonrisas…
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