martes, octubre 24, 2006
Dia en Palermo
Buenos Aires, 36 grados:
Caminar y caminar por Palermo, y como soy cursi y tonta me emociona pensar que por ahí estuvo Borges como si la sola intuición de la presencia de ciertos seres lo embelleciera todo. Quizás porque mi mundo también es un mundo de palabras y de libros.
Alan cumplió la promesa que me hizo en febrero en el Tayrona y me llevó a recorrer esas calles de colores que me recordaron tanto a Coyoacán. En realidad estos días han sido un viaje intermitente del pasado al presente. Superposición de distintos tiempos que se confunden. El último llamado de reconciliación con un tiempo que se fue y el avistamiento de un futuro incierto que promete sorpresas insospechadas.
A un lado el silencio, del otro, las palabras que aparecen de improviso.
Día de calor, de descubrimientos importantes, de reencuentros y regalos.
Día de conocer a otro y de tejer lazos con palabras....
Cierro con una cita de Ultimo round, el regalo que Alan me dejó para que no lo olvide nunca:
ANTES, DESPUÉS
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede al amor
como la caricia a la mano
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente
aunque no haya huella ni presagio
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