Temperatura, 33 grados...
Buenos Aires se despliega bajo un cielo azul, sin nubes. El sol baña los balcones, las fachadas en piedra... Desde que llegué no he parado de caminar por sus calles. A veces me demoro en entender que estoy aquí, es un poco como estar en casa, a ratos, y todo parece extrañamente familiar; sin embargo, de repente, encuentro una esquina que me sorprende, un afiche que me recuerda que estoy aquí en esta ciudad que ha habitado mi mente a través de los libros y la música. "Buenos Aires, Buenos Aires, humedad". Desde la casa de Camila salgo a vivir estos días que se multiplican por mil, que se abren en abanicos de posibilidades donde todo ocurre: como el domingo, cuando en la mitad del mercado de San Telmo me encontré a una alumna y fue como si dos realidades se encontraran de repente. Tras semejante impacto lo único que se me ocurrió fue terminar metida en un local misterioso escuchando la lectura del Tarot. Salí llorosa porque no siempre oímos lo que queremos pero también salí ríendome porque encajaban muchas piezas de maneras insospechadas mientras caminaba por esas callecitas y conocía a un colombiano que me contaba su vida y me llevaba hasta la Recoleta.
En Buenos Aires me reconstruyo, me reinvento, me rehabito... es como leer una novela en la que soy protagonista.
Hoy la temperatura está alta y yo estoy estrenando vestido.
martes, octubre 24, 2006
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2 comentarios:
Y dóndeeee estáaaaan las fotoooooooosssss???
problemas tecnológicos, pero ya vienen....
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